El dia 22 de noviembre de 2000 los nacionalistas vascos de ETA acabaron con la vida del profesor de la Universidad de Barcelona y ex-ministro socialista de Sanidad, Ernest Lluch Martin, un hombre catalan y demócrata por los cuatro costados.
Lo mataron en el garaje de su piso de Barcelona, cuando regresaba a casa tras una intensa jornada de trabajo en la Universidad.
Dos despreciables nacionalistas vascos de ETA le esperaban ocultos entre las columnas del aparcamiento subterraneo y en cuanto vieron que salia del coche se dirigieron a él y le dispararon dos tiros en la cabeza.
Ernest Lluch era un hombre demócrata, inteligente y muy culto. Sus asesinos no. Por eso lo mataron.
Las primeras noticias del atentado fueron confusas ya que lo primero que se conoció fue la explosión de un coche en un lugar apartado y que no causó daños. Lógicamente era muy extraño que ETA hubiera puesto un coche bomba para no matar a nadie ni causar destrozos, y por ese motivo no se entendia bien aquella explosión.
Dos horas mas tarde un vecino encontró a Ernest Lluch en el garaje, tendido en el suelo, al lado de su coche y bañado en sangre. Entonces fue cuando se comprendió todo. Después de asesinar a Lluch, los terroristas huyeron en un vehiculo robado que explosionaron para no dejar huellas
Todos los que le conocian coinciden en que Ernest Lluch era un hombre extraordinario que siempre luchó por una España mejor para todos. Sus alumnos de la Universidad le han agradecido sobre todo que «les enseñara a pensar».
Lluch no era simplemente un catedratico que se limitase a dar sus clases, Lluch era un auténtico maestro en el arte de enseñar todo lo bueno que tiene la cultura, pero siempre desde la perspectiva mas humanista. Lluch era, simplemente, un hombre bueno