las diez menos diez de la mañana del dia 14 de julio de 2001, los nacionalistas vascos de ETA asesinaron al fotógrafo y concejal de Unión del Pueblo Navarro, José Javier Múgica Astibia. Desgraciadamente todo parece indicar que ETA esta haciendo una tenebrosa «colección» de muertos de distintas profesiones. Esta vez la victima, aparte de ser concejal, trabajaba también como fotógrafo.
José Javier era de Leiza (Navarra), tenia 59 años, estaba casado y tenia tres hijos. Su sed de libertad y su innegable valor le habian hecho presentarse a las elecciones por UPN en ese pequeño pueblo donde la mafia de ETA gobierna a base de terror «puerta a puerta». José Javier fue elegido por los vecinos de Leiza en los comicios del año 2000 para que les representase como concejal
José Javier ya habia sufrido otros atentados, pero en las anteriores ocasiones este navarro valiente tuvo mas suerte que esta vez. Esta vez los nacionalistas vascos violentos (esos mismos nacionalistas que han firmado un pacto con el PNV para que unos agiten el arbol y otros recojan las nueces) le pusieron una potente carga de dinamita en los bajos de su furgoneta para que hiciese explosión cuando José Javier la pusiese en marcha. Y asi fue. La bomba explotó y segó la vida de un nuevo concejal de los que no aceptan el fascismo nacionalista vasco. Supongo que los nacionalistas vascos en general estaran encantados con esta nueva baja «enemiga» (un disidente menos), pero los que sin duda estaran pletóricos de alegria seran una buena parte de los habitantes de Leiza, es decir, los terroristas batasunos
He oido decir que ese dia hubo numerosas compras de botellas de champan en el pueblo, y según se comenta parece ser que eran para celebrar que ya sólo queda un concejal no-nacionalista en el ayuntamiento, concejal que seguramente acabara destrozado por otra bomba nacionalista, acribillado a tiros o exiliado de su pueblo para evitar ser asesinado… Es el sino de los vascos y navarros que tienen «la desfachatez» de no aceptar las tesis fascistas del nacionalismo vasco de Sabino Arana.
Por desgracia, en bastantes pueblos de Euskadi y en unos pocos de Navarra, es obligatorio ser nacionalista, y al que no lo sea le hacen la vida imposible o, simplemente, le matan
En Leiza (Navarra), el partido Batasuna, que es el brazo politico oficial de ETA (hay otros brazos politicos pero no son oficiales), tiene mayoria absoluta, es decir, ha sido votado por la mayor parte de los ciudadanos de ese pueblo, y consiguientemente ETA tiene poder para hacer y deshacer lo que le venga en gana en todo lo relacionado con la politica municipal, o dicho de otro modo, son los amos legales del pueblo… Pues bien, aun siendo los putos amos del pueblo, la mafia etarra no estaba a gusto con que hubiese en el ayuntamiento concejales no-nacionalistas, y les han estado haciendo la vida imposible hasta que han conseguido que una concejala también de UPN acabase dejando el cargo debido a las amenazas y presiones mafiosas ejercidas por los nacionalistas vascos, y como no podian con el valor de José Javier decidieron eliminarlo. De momento nadie sabe cómo terminara el concejal que queda en Leiza… Aunque todos nos lo imaginamos… Es realmente triste que en un pais supuestamente democratico tengamos que soportar estas situaciones tan terrorificamente absurdas
La esposa y los hijos de José Javier, cuando oyeron la explosión, en seguida supusieron lo que habia ocurrido. Ellos sabian perfectamente que José Javier era odiado mortalmente por muchos vecinos de Leiza por el simple hecho de pensar de un modo diferente, y también sabian que cualquier dia podria ocurrir lo que por desgracia ha ocurrido.
Sin duda alguna, esa mitad de habitantes de Leiza que disfrutan con los asesinatos de ETA, sentirian alguna especie de enfermizo regocijo cuando oyeron la explosión. Esa mitad de hijos de puta, indudablemente pensaron que el muerto no seria ninguno de ellos porque saben perfectamente que a ellos nadie les mata, esa mitad de perros sarnosos (con perdón para los perros sarnosos), sonreirian con esa misma sonrisa cinica de Arzallus mientras pensaban: «Uno menos, ya hemos dado otro paso mas hacia la independencia». Y los gilipollas de ellos no saben que JAMíS tendran ningún tipo de independencia por mucho que sigan asesinando.
Pero lo cierto es que por el momento sólo los nacionalistas vascos asesinan, y sólo los nacionalistas vascos son los que se saltan la democracia y la Constitución a la torera para lograr sus fines bastardos. Y el resto de los vascos hacen lo mismo que José Javier, es decir aguantar las amenazas, las extorsiones y los asesinatos, respetando ante todo la democracia. Hace aproximadamente un año, José Javier salió en los medios de comunicación porque los nacionalistas vascos violentos le habian quemado totalmente su furgoneta, pero él no se arredró y continuó su lucha por la libertad que para él ha finalizado el injusto dia que murió asesinado en nombre del nacionalismo vasco
Y mientras tanto, entre pleno y pleno del Ayuntamiento, José Javier se iba ganando la vida con sus «argazkiak» (fotografias) en su tienda de Leiza, y trabajando también como conductor para traslado escolar, trabajo este último que se veia obligado a sobrellevar soportando los insultos con que le solian «obsequiar» una buena parte de estudiantes por ser de Unión del Pueblo Navarro (UPN), en vez de nacionalista vasco… Para que vean ustedes lo que es la vida, ETA pretende obligar a un navarro que vive en un pueblo de Navarra, a ser nacionalista vasco…
En los pueblos que viven dominados por el terror de ETA, a los niños les obligan desde pequeños a odiar a muerte a todo aquél que no piense en clave nacionalista, y las consecuencias acaban siendo asesinatos como éste y como los que sin duda todavia tendremos que soportar
Hasta tal punto es grande el odio de los nacionalistas vascos violentos que Batasuna se negó en redondo a izar la bandera del Ayuntamiento a media asta en señal de luto, ya que para ellos -lógicamente- el dia del asesinato de José Javier no tenia por qué ser un dia triste. Y como es lógico la familia no quiso ni siquiera plantear que la capilla ardiente se instalase en el Ayuntamiento ya que corrian el riesgo de que los batasunos también se negasen a ello. La cuestión es que el cuerpo fue trasladado al tanatorio de Pamplona, y tras la incineración se celebró el funeral en la iglesia de San Miguel, de Leiza, donde el Arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastian, se enfrentó valientemente contra el terrorismo (al contrario de lo que siempre suelen hacer los obispos vascos), pidiendo a la gente que de una vez por todas se olvidasen del miedo y se enfrentasen a los terroristas
Tras el funeral, y cuando la esposa de José Javier, Reyes Zubeldia, y sus tres hijos salian de la iglesia, los asistentes rompieron a aplaudir para mostrar su apoyo a esta familia ejemplar que ha sabido vivir en un pueblo donde la mitad de sus habitantes son potenciales asesinos fanaticos.
Mas tarde diria uno de los hijos en nombre de la familia que ellos continuarian viviendo en su pueblo y que jamas se marcharian de Leiza, que Leiza es su pueblo y que es donde siempre viviran.