A las 20’15 horas del dia 14 de julio de 2001, los nacionalistas vascos de ETA, tirotearon en Leaburu (Guipúzcoa) al mando de la Ertzaintza (Policia Vasca), Mikel Uribe Aurkia, que finalmente murió en torno a las diez de la noche en el hospital Nuestra Señora de Aranzazu, de San Sebastian.
Los terroristas estaban esperando a que Mikel llegara a Leaburu, su pueblo, como hacia todos los sabados para reunirse con sus amigos de la sociedad gastronómica «Zazpi Bide», y cuando aparcó su Land Rover, dos terroristas se acercaron en un Renault 19 y sin parar el coche le dispararon varios tiros de pistola y una rafaga de metralleta que le dejaron malherido. A continuación dieron la vuelta para rematarle y siguieron disparando tiros contra él -hasta un total de diecinueve- alcanzandole en ocho ocasiones. Seguidamente los terroristas huyeron dejando abandonado el Renault 19 en Tolosa. Mas tarde se comprobó que habia sido robado en Renteria el pasado mes de enero.
En esta ocasión -curiosamente- ETA ha atentado contra un vasco auténtico, y son muchas las personas que han sentido extrañeza por el hecho de que los nacionalistas de ETA asesinen con tanto ensañamiento a otro nacionalista.
Mikel, tenia 44 años, estaba casado y tenia un hijo. Era euskaldún de pura cepa, un verdadero «euskaldun zahar» que empezó a hablar euskera a la vez que aprendia a comer papilla, y es que en casa de Mikel siempre se ha hablado la lengua vasca. Mikel hablaba euskera, pensaba en euskera y soñaba en euskera, y ademas era nacionalista vasco, pero ETA lo asesinó. ¿Por qué?.
Mikel era de la segunda promoción de la Ertzaintza y habia estado destinado en las comisarias de Zarauz, Irún y Hernani, hasta que un año antes de su asesinato empezó sus servicios en la Unidad de Inspección General como jefe de lo que es un equivalente a «Asuntos Internos», es decir, Mikel era el jefe de la sección encargada de perseguir a los ertzainas que cometen irregularidades o delitos.