La organización terrorista ETA asesinó ayer a un policia municipal e hirió a otras cinco personas en un atentado trampa dirigido contra la policia, al hacer explotar un coche bomba en una calle peatonal próxima a la plaza Callao y junto a varios centros comerciales en pleno corazón de Madrid como son Galerias Preciados y laFNAC.
El agente fallecido, Jesús Rebollo Garcia, de 39 años y con cuatro hijos, murió a consecuencia del impacto en la cabeza de un pedazo de papelera que fue a parar contra él cuando vigilaba, a casi cien metros del coche bomba, un segundo cordón policial para velar por la seguridad de los ciudadanos. La capilla ardiente con los restos mortales del funcionario, con un brillante historial policial y en posesión de la maxima distinción de la policia municipal, quedó instalada en la tarde de ayer en la jefatura de la policia local de Madrid, y su cadaver recibira sepultura hoy.
El atentado se produjo a las 7.15 horas de forma «inhabitual» en el «modus operandi» de ETA, ya que desde las 6.30 de la mañana un supuesto miembro de la banda armada
anunció la colocación del coche bomba en cuatro llamadas distintas (Cruz Roja, bomberos, policia municipal, y cadena Ser). Los cuerpos policiales acordonaron la calle Carmen, que es peatonal, cuando comprobaron que un Opel Omega, el mismo coche cuya matricula habia facilitado el terrorista por teléfono, se encontraba aparcado frente a una puerta del centro comercial Fnac, de capital francés. A continuación, desalojaron a los empleados de todas los comercios cercanos, entre ellos también los que ya se encontraban en el colindante edificio de Galerias Preciados.
La expiosión sobrevino a las 7.15 horas mediante un temporizador que los terroristas habian instalado en el automóvil, con el fin, según sospecha el Ministerio de Justicia e Interior, de asesinar a los policias que se encontraran alli para desactivarlo y proteger a los ciudadanos.
La carga del coche bomba, unos 60 kilogramos de amosal y un bidón grande de gasolina colocado junto al vehiculo, ocasionaron una gran explosión y una columna de humo que se elevó por entre los edificios de Callao. El agente Rebollo cayó instaneamente al suelo, tras ser alcanzado por un trozo de papelera de hierro forjado que la explosión arrancó e cuajo y que, a consecuencia del «efecto cañón» que adquirió la onda expansiva, recorrió la calle Carmen en dirección a la Puerta del Sol.
Según explicó después la policia municipal, el funcionario se encontraba «a una distancia suficiente que parecia garantizar su seguridad», aunque «la estratégica situación del coche, colocado entre dos papeleras con estructura metalica, hizo que éstas actuaran como metralla, alcanzando al policia».
Un equipo de los servicios sanitarios de urgencia del Ayuntamiento, Samur, intentó salvar la vida del agente, quien finalmente falleció una hora después del atentado en el hospital Clinico.
La onda expansiva causó heridas a otros dos agentes municipales, un policia nacional, un vigilante jurado y un transeúnte El Policia nacional Francisco Gil Pardo, resultó herido y fue trasladado al hospital Gregorio Marañen con cortes en el cuero cabelludo y heridas en las manos y la espalda, pero fue dado de alta ayer mismo al mediodia.
En el propio lugar del atentado, otras cuatro personas fueron atendidas de lesiones leves: los también policias municipales Francisco Javier Quintana Garcia y Agustin López Jiménez, el vigilante jurado Mariano Santos Duque, y la transeúnte Carmen Rodriguez Diez.