El guardia civil Mariano Roman Madroñal, natural de Algodonales (Cadiz), casado y padre de cinco hijos, cuando prestaba servicio de escolta del tren correo número 14 de los Ferrocarriles Vascongados, San Sebastian-Bilbao, en unión del guardia Higinio Martin Dominguez, natural de la localidad cacereña de La Pesga, de 37 años de edad, casado y padre de una niña.
A la siete y quince de la mañana del 5 de junio de 1975, observaron la subida a dicho tren en el apeadero de Añorga (Guipúzcoa), de dos individuos que por su vestimenta -dado de que llevaban gabardinas en una mañana muy luminosa- les infundieron sospechas.
Una vez el tren en marcha Higinio permaneció en el umbral de la puerta del departamento para observar sus movimientos, tras tomar las debidas precauciones se dispuso a identificarlos, los sujetos al verse sorprendidos retrocedieron, uno de ellos se arrojo al suelo gritando a la vez que el otro abria fuego con una metralleta.
Una de las balas se estrelló contra un cristal del vagón, introduciéndose esquirlas de vidrio en los ojos del Guardia Higinio Martin, momento en que aprovecharon los terroristas para pasar al siguiente vagón, con la intención de saltar del tren en la próxima estación de Recalde (Guipúzcoa) donde les aguardaba un vehiculo.
Los dos guardias civiles previendo tal acción, cubrieron desde las puertas ambos lados del convoy, cuando se aproximaban a la estación, Mariano Roman Madroñal, tuvo la desgracia de salir despedido del y en la caida se fracturo la base del craneo lo que le ocasiono la muerte instantanea. Los etarras aprovecharon el momento para huir en un automóvil que les estaba esperando con las puertas abiertas y el motor en marcha.