Dos jóvenes terroristas de ETA, que llevaban anudado al cuello el pañuelo rojo tipico en las fiestas de San Fermin, a las ocho horas y quince minutos de la mañana del martes 9 de julio de 1985, abordan un vehiculo aparcado en la calle Camino, en las inmediaciones de la Delegación de Hacienda, en la zona mas céntrica de San Sebastian y simultaneamente comienzan a disparar por ambos lados a través de las ventanillas delanteras.
Sus ocupantes los Guardias Civiles Antonio Jesús Trujillo Comino, natural de la localidad de Priego (Córdoba), de 22 años de edad, soltero y Juan Merino Antunez; quedaron recostados uno sobre el otro agonizantes, con impactos de bala en la cabeza, cuello y hombro.
La mano de uno de los Guardias Civiles descansaba sobre su muslo derecho, cerca de la pistola reglamentaria, que no pudo llegar a utilizar. Mientras sus asesinos pistola en mano se introdujeron en uno de los accesos peatonales del aparcamiento subterraneo de la calle Oquendo, saliendo por el acceso que desemboca, junto al rio Urumea, en la calle de la Republica Argentina, donde les aguardaba un coche Reanault 7, matricula SS 6013, que después abandonarian en la zona de cocheras de los autobuses urbanos de San Sebastian, con su propietario en el interior del maletero, atado y amordazado, donde habia permanecido mas de una hora, desde que fue abordado a punta de pistola en Pasajes, cuando iba a trabajar.
Ambos agentes llevaban dos meses y diez dias destinados en la Comandancia de Guipúzcoa, procedentes del Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro (Madrid) y cubrian asiduamente la vigilancia de la delegación de Hacienda, edificio objeto de varios atentados y frecuentes avisos de bombas.