Menores que se citan para pegarse, grabarlo y subir el video a internet

Ayer se detuvo a siete menores en Jumilla por organizar peleas para posteriormente subirlas a la red. Lo hacían citándose en el exterior de los centros escolares durante los recreos o bien, a la salida de los mismos.

Entre los responsables se encontraban muchachos de tan corta edad, algunos de ellos inimputables, tenemos que señalar que los menores para realizar esas grabaciones y subirlas a internet, deben de tener legalmente más de catorce años, que es lo que exigen las redes sociales para abrir esas cuentas, aunque muchos menores obtienen el teléfono móvil en la primera comunión, abriendo cuentas en twitter, Tuenti, etc. bajo la excusa de que “todos sus amigos lo tienen”.

No son hechos aislados ya que en los últimos dos meses se han producido hechos similares en otras poblaciones como Lugo, Bilbao, La Coruña y Santa Cruz de Tenerife Dejando atónitos a padres que no saben porque sus hijos se dedican a participar en esas peleas. En alguno de los lugares anteriores se ha llegado a constatar la existencia de apuestas.

Entre los analistas no puedo estar más disconforme con uno de los entrevistados en el canal 24 horas de TV, que achacaba esos hechos a episodios de bullying. En primer lugar, las víctimas de este tipo son en un porcentaje muy alto, personas reservadas, que eluden el enfrentamiento, y que precisamente por eso constituyen el blanco de sus agresores.

Estas peleas difieren mucho de ese comportamiento atacante-victima que sucede cuando existe bullying, en este caso son enfrentamientos concertados entre “machos alfa” de la clase, cuyo objetivo no es lesionar al contrario sino, conseguir un video que se haga viral, lo importante no es la pelea, es el video.

Para los jóvenes que tienen más vida dentro de sus Smartphone que fuera de ellos, que lo que intentan es conseguir hacerse hueco en el mundo digital, donde cuentan más los followers en twitter e Instagram que las personas que conocen en vivo y en directo, para estos jóvenes el conseguir un video viral que tenga muchas reproducciones en YouTube es lo más importante, aunque sea a costa de hacer algo malo o reprobable.

Los jóvenes necesitan decir en sus redes sociales que han vivido cualquier evento, motivo por el cual lo graban todo para poder exponerlo en sus redes sociales, y no nos sorprenda que ninguno intente separar a quienes se están pegando, ellos han acudido allí para ver un espectáculo y dejar constancia de ello haciendo fotografías, videos etc.

Ha cambiado la escala de valores en la que se mueven muchos de nuestros hijos, para ellos es más interesante su reputación en la web que en la vida real.  Necesitan ser el primero en colgar su experiencia, la más original, la más novedosa, aunque sea considerado una aberración.

Es fundamental que los padres y educadores cambiemos nuestra manera de ver como nuestros hijos se relacionan con internet, y aunque parezca difícil, saber más que ellos sobre lo que están haciendo sino iremos a remolque de esta situación que no hecho más que empezar.

Asociaciones de padres, ya han dicho que no saben cómo atajar el problema y jurídicamente veo difícil que prospere una condena para los menores como la que se ha planteado con el caso de Jumilla deteniendo a siete menores y acusándoles de delitos contra la intimidad y la propia imagen de menores de edad y de varios delitos de lesiones, me explico…

Para que exista un delito contra la intimidad de alguno de los menores que se ven en el video ha de ser porque fuesen forzados a esa pelea o hubiese una negativa expresa a que se les grabase, hay que tener en cuenta que los actos se hacen en la vía publica y, hasta el momento los medios de prensa hablan de concierto entre todos los presentes para pegarse, grabarlo y subirlo a internet, máxime también hay que tener en cuenta que quienes graban los videos también son menores.

El delito de lesiones, es un delito publico pero como he relatado antes, es una pelea acordada, en la que pese a la violencia de las imágenes, priman más estas que la propia pelea, hay consentimiento mutuo para la misma, y, aunque no puedan dar dicho consentimiento al ser todos menores, podríamos hablar de un combate de boxeo en vía pública, comportamiento deplorable pero no ilícito según nuestro Código Penal, y que posiblemente, tampoco haya habido pérdidas para el Estado debido a tener que dar atención médica a los contendientes ya que la prensa informa que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad habían sido alertadas por profesores y padres, no por tener conocimiento de ninguno de de los implicados se le haya tenido que atender en ningún centro sanitario.

La solución pasa por una formación en la utilización de redes sociales, tanto para los padres como para los hijos, que conozcan cuales son las consecuencias de sus actos y dosificar la presencia en internet de menores hasta la mayoría de edad, rediciendo a cero su presencia en menores con edad inferior a catorce años.

Recomiendo leer también la entrada «Comunicado a mi hijo sobre uso del teléfono móvil«

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