Vivimos en un país de pandereta y de estúpidos, el caso de la enfermera con #ebola no ha hecho otra cosa que confirmar mi teoría.
Por un lado tenemos un virus que según lo que nos dicen, necesita un contacto directo entre las mucosas para ser contagiado y que tiene un tiempo de su supervivencia fuera del huésped realmente pequeño, esto contradice la segunda afirmación que hay ahora mismo en los medios de que simplemente con tocar al enfermo, la enfermera que ahora mismo se encuentra ingresada en el hospital Carlos III, ha contraído la enfermedad.
Resulta paradójico que por un lado nos digan que es difícil contagiarse, y por otro lado, al mismo tiempo, nos afirmen que con una leve caricia se haya producido el contagio… para mí que ¡hay algo que no me están contando!
Por otro lado, en esta España nuestra en que la chapuza es el deporte nacional, en donde tenemos, unidades militares especializadas en guerra NRBQ (nuclear, radiológica, bacteriológica, química) y grandes profesionales médicos especializados en la misma materia, sin tener en cuenta que quien atiende a los pacientes, quién acude a los siniestros, y quien atiende en primer lugar cualquier contingencia en un domicilio o en la vía pública son los miembros de los servicios de emergencias, la Policía Nacional, la Policía Municipal y la Guardia Civil, no esas unidades NRBQ tan especializadas sino, el Policía Municipal, el Guardia Civil del pueblo, el Policía Nacional patrullero o Técnicos que van en las ambulancias que vemos recorrer nuestras calles a diario.
Estos últimos, que son los primeros en atender al ciudadano, al público general, no llevan ningún tipo de protección y, cuando la llevan se reduce a unos guantes de latex y una mascarilla de fieltro de las que se compra en los chinos al precio de cinco unidades, un euro.
Estoy harto de ver imágenes de compañeros del servicio marítimo de la guardia civil, rescatando a inmigrantes de pateras a punto de hundirse, con los elementos que expongo en el párrafo anterior, al parecer son ciudadanos españoles no de segunda sino de cuarta clase, españoles que no importa que se contagien de enfermedades de las cuales en Europa no se ha oído ni hablar de ellas.
También es cierto, que cuando esos medios se tienen, rara vez se utilizan por el grueso del personal, pongo un ejemplo que me sucedió personalmente, hay muy pocos chalecos antibalas pero cuando éstos son distribuidos, el personal directamente no se lo pone, y no sólo no se lo pone sino que cuando yo me lo puse, me dijeron ¿A donde te crees que vas con esoooo? casos como el que acabo de relatar creo que podemos contar todos alguno…
Veo los controles de entrada en aeropuertos de Europa y América para personas procedentes de los paises focos de contagio y los veo con trajes acondicionados y específicos para el control de este tipo de enfermedades, en los aeropuertos y puertos españoles este tipo de actuaciones brilla por su ausencia.
Estoy de acuerdo en que se hayan traído a los enfermos españoles de #ebola, otros países también lo han hecho, y no sólo eso, una persona, un ciudadano español, que ha dado su vida por los demás, que está enfermo por ayudar a los demás, ese hombre es un HEROE, con todas sus letras, y merece la repatriación y que se le trate en España. No es la primera vez que se repatrían personas, y precisamente la única diferencia con ello es que es todos misioneros han contraído la enfermedad intentando ayudar a los demás, cosa que muy pocos de los repatriados por diversas contingencias en otros países, pueden decir. Entiendo que la discusión de repatriar a un ciudadano español no debería ni siquiera el haberse planteado, es mezquino, sinvergüenza, y falto de moral el realizar lo contrario.
Por otro lado está el hecho de cómo se realizan las cosas en este país vuelvo a repetir que muchas veces las cosas salen bien por qué tienen que salir bien… La peregrinación expuesta en todos los medios de comunicación, que realiza la enfermera contagiada del virus, no deja de ser un fiel reflejo de cómo se actúa en general, no sólo dentro del campo de la sanidad, sino de todo lo que se hace en este país, la chapuza elevada al grado de excelencia, una persona que tiene fiebre y un centro de salud, sino salta una alarma por alguna otra contingencia, se va a tirar en la sala de espera tres horas, y si va a un hospital, se va a tirar en la sala de espera de urgencias otras cuatro. A que viene rasgarse las vestiduras cuando es algo que hemos visto todos.
Para finalizar, lo sucedido ayer con el perro #escalibur roza lo esperpéntico, creo que llegó a ser top-ten en las redes sociales, cuando se deja de pensar en las personas para empezar a pensar en los animales, entiendo que en algún punto de esa carrera hemos perdido el norte. Desconozco si el animal estaba infectado por el virus o no, pero lo que no se puede hacer en ningún caso es poner en riesgo la vida de las personas a cambio de las de ningún animal de ninguna especie. Seamos sinceros, quienes de esas personas que protestaban por el sacrificio del perro, llevarían al animal a su casa teniendo hijos, he visto en redes sociales quien negaba el derecho a la atención médica en España del misionero enfermo de #ebola y, al mismo tiempo, solicitaba que no se sacrificase al perro. Curioso, como poco, curioso y digno de estudio… estupidez supina.
Para finalizar, quiero hacer un miramiento a los usuarios de las redes sociales, de la mensajería instantánea, en menos de 48 horas el cuerpo nacional de policía y la guardia civil han tenido que salir a decir al público en general que se dejen de retransmitir mensajes alarmistas por este tipo de medio mensajes sin ningún tipo de fundamento que acrecientan la alarma social y no favorecen en nada la resolución del problema…
