El dia 21 de enero de 2000, a las ocho y diez de la mañana toda España se sobresaltó con la noticia del asesinato del Teniente Coronel, Pedro Antonio Blanco Garcia.
Después de su «tregua-trampa», ETA volvia a matar.
Los asesinos de ETA, demostrando su conocida cobardia, no se atrevieron a dispararle un tiro por la espalda y decidieron matarle con un coche bomba.
n esta fotografia puede verse el momento del levantamiento del cadaver que se encuentra destrozado entre los cascotes producto de la explosión.
El Teniente Coronel iba andando por la calle y cuando llegó al coche cargado de explosivos, los cobardes de ETA apretaron el botón. Lógicamente el Teniente Coronel murió al instante, pero los terroristas no sólo utilizaron la violencia contra él, sino que también provocaron las heridas sufridas por una niña de doce años que soportó la honda expansiva y los cientos de cristales rotos que se clavaron en su cuerpo mientras estaba tranquilamente en una habitación de su casa.
Mientras se llevan el cadaver de esta nueva victima de la violencia nacionalista etarra, también puede verse la devastación generada por su enfermizo integrismo.
Los terroristas produjeron una gran destrucción en las casas próximas y los vehiculos que estaban alli aparcados, pertenencias todas ellas de gente humilde que tendran que sufrir durante muchos meses por culpa de la violencia nacionalista de ETA.
Esta nueva victima, como tantas otras, también tenia familia: Esposa y dos hijos pequeños. Esta familia ahora tendra que acostumbrarse a vivir sin el padre, pero como bien dijo su viuda: «los terroristas no han conseguido destruir nada, solamente han cometido un acto estúpido con el que han encumbrado a su marido».
Y es que los asesinos no se dan cuenta de que es muy dificil destruir una democracia como la española. Por muchas bombas que hagan explotar, por muchos tiros en la nuca que disparen a personas indefensas y por mucha propaganda que hagan de su «causa», jamas conseguiran nada de lo que pretenden, porque utilizando la violencia sólo consiguen sus pretensiones los que son militarmente mas fuertes que lo que quieren destruir, y ellos estan muy lejos de ser militarmente fuertes.
Momento en que se empiezan a retirar los hierros retorcidos producto de la explosión y se inician las tareas de limpieza de los cascotes y la sangre.
Otra nueva «hazaña» de los defensores a ultranza del nacionalismo vasco. Otra nueva «acción» de los cobardes de ETA.
Pero el pueblo, como siempre, no dudó en salir a la calle para exigir el fin del terrorismo nacionalista de ETA