La seguridad en el interior de los edificios públicos, gestionado en la actualidad y según la Ley 2/86 de 13 de marzo, por las diferentes administraciones, locales, autonómicas y nacionales, es algo que a los responsables de las mismas trae de cabeza.
Con la creación en España de la Autonomias y la consiguiente descentralización de competencias administrativas, el numero de edificios donde el publico debe de acudir a gestionar documentos se ha multiplicado. Estos edificios nuevos en su mayoria, siguen las nuevas tendencias arquitectónicas, con grandes superficies acristaladas y tabicaciones interiores muy endebles, lo cual hace que sean muy vulnerables en caso de atentado, lo cual nos obliga a prestar especial atención a la seguridad de los mismos de forma individualizada para cada caso.
– Zonas abiertas al publico.
– Zonas destinadas a VIP,s.
– Centros de proceso y custodia de datos informaticos.
La escasez de presupuesto asignado en muchos casos, hace que el sistema sea deficiente, y si es deficiente en un punto, supone que todo el sistema de seguridad se derrumbe. De todas maneras hay que estudiar el riesgo real, realizando una diagnosis de seguridad sin victimismo pero valorando a lo que nos enfrentamos para no disparar los gastos en esta materia, utilizando el material y los medios justos para conseguir los resultados que se pretenden sin desperdiciar pero, sin tener escasez del mismo, dividiendo el presupuesto entre los medios electrónicos necesarios, y personal con formación adecuada y continua para cada situación, pues en el equilibrio de estos elementos se basa el éxito de nuestro trabajo.
Los edificios públicos en ningún momento han dejado de ser blanco prioritario de los grupos terroristas (E.T.A. y G.R.A.P.O.) y tan solo tenemos que remontarnos al 6 de septiembre de 1.990, fecha en la cual la organización terrorista G.R.A.P.O. hizo fallar los sistemas de seguridad de tres importantes edificios publicos ( Tribunal Constitucional, Ministerio de Hacienda y Edificio de la Bolsa y Comercio de Madrid), colocando diversos artefactos explosivos. A raiz de este suceso el ministerio del Interior dió instrucciones para reforzar las medidas de vigilancia en este tipo de lugares.
Hay que tener en cuenta que en estos lugares se trabaja con material informatico de alto valor, tanto en equipos como en información, y que en caso de perdida supone un grave trastorno. Se puede poner el ejemplo del atentado sufrido por el Departamento de Trabajo de la Comunidad Autónoma de Cataluña en el cual solamente en información se perdieron 4.500 millones de pesetas.
Todos los edificios publicos poseen un plan de evacuación para caso de incendio, normalmente realizado por la empresa instaladora de los propios equipos de exintinción, pero para que un plan sea eficaz se deben desarrollar periódicamente ensayos de evacuación del edificio, cosa que raras veces se hace, sin embargo el Plan de Evacuación para Amenazas de Bomba, rara vez se hace y cuando se hace, no se conoce, con lo que se aplica el Plan de Emergencias de Incendios con el cual se puede agravar la situación.
A fin de evitar sucesos desagradables de estos tipos que acabamos de comentar, las soluciones a tomar son muchas y al mismo tiempo distintas para cada caso, de todas maneras hay una serie de normas generales para hacer minimos los riesgos que tenemos que correr, tales son los controles de accesos restringiendo la entrada del publico por un numero minimo de puertas, también puede ser conveniente la vigilancia electrónica por medio de aparatos de rayos X o detectores de metales.
En caso de amenaza de bomba por via telefónica es fundamental el conocimiento previo de las instrucciones para estos casos, realizado por los telefonistas encargados de las Centralitas de teléfonos, pues son ellos los que nos daran todas las pistas para averiguar si se trata de una llamada falsa o no, dando tiempo a los especialistas en explosivos a desactivar los posibles artefactos.
Es sumamente importante el control del correo y la paqueteria que llega al edificio, pasando todos ellos por el detector de explosivos.
Tendremos en cuenta que aunque nuestro trabajo nos parezca en ocasiones aburrido y no sirva para nada, no debemos caer en la rutina pues de él dependen vidas, y esa rutina favorece la posibilidad de ser victimas de un atentado.
Hemos tratado algunos aspectos basicos de la seguridad en edificios publicos, sin embargo no hay formulas magicas que sirvan para todos los casos, hace falta estudiar cada caso individualmente.
Articulo publicado por Jose C. Vilorio en la revista «A Discreccion» febrero 1995.
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