El cabo 1º de la Guardia Civil Juan Diez Resano, natural de Carcastillo (Navarra), de 29 años de edad, casado; y los guardias civiles Manuel López Gonzalez, natural de Caceres, de 23 años de edad, soltero; Francisco López Gonzalez , natural de Caceres, de 27 años de edad (hermano del anterior), casado y con un hijo; y Agustin Hernandez Martinez, natural de Villasbuenas (Salamanca), de 31 años de edad, casado; sufrieron un atentado en el Puente Nuevo de la Taconera.
En la madrugada del martes 9 de mayo de 1978, cuando regresaban de realizar un servicio en la Estación de RENFE de Pamplona. A unos cincuenta metros del citado Puente Nuevo, el vehiculo en el que viajaban fue alcanzado por la onda expansiva y cascotes de piedra impulsados por la explosión de cinco kilos de dinamita (goma-2) y otro tantos de metralla (tornillos), colocados junto al borde de la carretera, en la parte inferior de una farola del alumbrado público.
El artefacto fue accionado desde los jardines de la Taconera mediante un cable de unos 20 metros, en el momento mismo que el vehiculo oficial llegaba a la altura de la farola. Tras el atentado fueron trasladados al Hospital de Navarra, en un turismo que pasaba por alli y que iba ocupado por cinco guardias civiles fuera de servicio.
Manuel López Gonzalez (habia ingresado en el Cuerpo hacia poco mas de un año), murió a consecuencia de las heridas recibidas (la metralla le seccionó la aorta), tenia 23 años, era natural de Caceres y se iba a casar al cabo de un mes con una joven de Pamplona. ETA reivindico el atentado manifestando «su firme decisión de poner todos los medios militares a su alcance, para evitar que el pueblo trabajador vasco se vea imposibilitado a acceder a la verdadera democracia politica»
