Un par de casos de estupidez humana

El ebola y la estupidez

Vivimos en un país de pandereta y de estúpidos, el caso de la enfermera con #ebola no ha hecho otra cosa que confirmar mi teoría.

Por un lado tenemos un virus que según lo que nos dicen, necesita un contacto directo entre las mucosas para ser contagiado y que tiene un tiempo de su supervivencia fuera del huésped realmente pequeño, esto contradice la segunda afirmación que hay ahora mismo en los medios de que simplemente con tocar al enfermo, la enfermera que ahora mismo se encuentra ingresada en el hospital Carlos III, ha contraído la enfermedad.

Resulta paradójico que por un lado nos digan que es difícil contagiarse, y por otro lado, al mismo tiempo, nos afirmen que con una leve caricia se haya producido el contagio… para mí que ¡hay algo que no me están contando!

Por otro lado, en esta España nuestra en que la chapuza es el deporte nacional, en donde tenemos, unidades militares especializadas en guerra NRBQ (nuclear, radiológica, bacteriológica, química) y grandes profesionales médicos especializados en la misma materia, sin tener en cuenta que quien atiende a los pacientes, quién acude a los siniestros, y quien atiende en primer lugar cualquier contingencia en un domicilio o en la vía pública son los miembros de los servicios de emergencias, la Policía Nacional, la Policía Municipal y la Guardia Civil, no esas unidades NRBQ tan especializadas sino, el Policía Municipal, el Guardia Civil del pueblo, el Policía Nacional patrullero o Técnicos que van en las ambulancias que vemos recorrer nuestras calles a diario.

Estos últimos, que son los primeros en atender al ciudadano, al público general, no llevan ningún tipo de protección y, cuando la llevan se reduce a unos guantes de latex y una mascarilla de fieltro de las que se compra en los chinos al precio de cinco unidades, un euro.

Leer más